Con la llegada del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) prevista para noviembre de 2026, las máquinas de recogida automática (RVM) serán obligatorias en supermercados, hipermercados y tiendas de proximidad en toda España. Aunque su función principal es recoger botellas y latas para alcanzar los objetivos de sostenibilidad, la nueva generación de RVM, como las de Recyclever, van mucho más allá: se convierten en auténticos centros de ingresos, comunicación y fidelización para el retail español.

Realidad económica: tasas de gestión vs. costes reales de la tienda

Muchos operadores creen que la tasa de gestión pagada por el SDDR cubre todos los costes de la RVM. Sin embargo, como muchos supermercados españoles ya han comprobado, ese importe rara vez cubre gastos como mantenimiento, limpieza, intervención de personal, ocupación de espacio o incluso la posible pérdida de ventas en horas punta. Por ello, es necesario encontrar nuevas formas de compensar e incluso superar estos costes.

La ventaja de las pantallas de media: Parar para reciclar, parar para rentabilizar

Cada RVM de Recyclever integra una pantalla de alta definición—no como simple adorno, sino como un activo estratégico. ¿Por qué?

1. La RVM: una nueva zona natural de interacción con el consumidor

A diferencia de los displays tradicionales o de los paneles digitales, la RVM obliga al cliente a detenerse, interactuar y esperar la finalización del proceso—creando una “audiencia cautiva” durante varios segundos, muy por encima de la media de otras soluciones publicitarias en tienda. Los estudios coinciden: la interacción en pantallas de punto de acción es muy superior a la publicidad pasiva.

2. Visibilidad excepcional y nueva fuente de ingresos

Esa atención concentrada significa que los anuncios y promociones en las pantallas de las RVM son mucho más vistos y recordados. Para los supermercados españoles, esto abre la puerta a rentabilizar este espacio digital—estableciendo alianzas con marcas de bebidas, productos de gran consumo, empresas locales e incluso campañas institucionales. El resultado es una fuente de ingresos publicitarios que, en muchos casos, puede no solo compensar sino incluso superar los costes de operación y mantenimiento de la máquina.

En España, los grandes supermercados ya exploran redes publicitarias en RVM donde las marcas pagan por comunicar en el momento clave de la devolución—un beneficio para todos.

3. Promociones inteligentes e interactivas—cerrando el ciclo

El potencial de la pantalla va más allá de la publicidad pasiva. Imagina que el cliente devuelve una botella de una marca concreta: la RVM la reconoce, muestra un mensaje personalizado y emite un vale digital o impreso para su próxima compra. Este marketing “de ciclo cerrado” es instantáneo, medible y directamente asociado al comportamiento real del consumidor—algo que la publicidad tradicional en tienda no puede igualar.

Esto facilita:

• Lanzamientos de productos y degustaciones inmediatas

• Campañas dirigidas para nuevos formatos o envases ecológicos

• Integración con programas de fidelidad, premiando a los recicladores habituales con ofertas exclusivas

Un impacto mayor: sostenibilidad y experiencia de cliente

Al aprovechar las pantallas de las RVM para publicidad y promociones interactivas, los comercios no solo aumentan ingresos—también refuerzan la imagen positiva de la sostenibilidad. El cliente recibe más valor, las marcas logran engagement real y todos contribuyen a una economía circular más limpia.

RVMs: de centro de coste a plataforma de valor

La conclusión es clara: Con las RVM Recyclever equipadas con pantalla de media, los supermercados españoles pueden convertir cada reciclaje en un momento de valor—económico, experiencial y ambiental. En el contexto del SDDR, quienes apuesten por estas soluciones de última generación no solo cumplirán la ley, sino que abrirán nuevas fuentes de ingresos, fortalecerán alianzas y mejorarán la experiencia de tienda.

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